Aratirí: hay 360: de ton de reservas de hierro de calidad
La inversión más grande de la historia del país supondrá para la región del Uruguay profundo una mutación comparable a la experimentada con Hernandarias primero y el alambramiento de los campos después.
Andrés Pampillón
La empresa minera que lleva adelante el Proyecto Minero Valentines de extracción de hierro en el área de confluencia de los departamentos de Florida, Durazno y Treinta y Tres, con epicentro en la localidad de Cerro de Chato, realizó una presentación a la prensa sobre su emprendimiento.
Las pruebas realizadas desde 2008 a la fecha han confirmado la existencia de importantes reservas de mineral de hierro (magnetita) de excelente calidad, la que luego del proceso aparece como un fino polvillo negro. Este mineral de gran calidad, existe en nuestro suelo en una concentración del 30%. En el proceso industrial de beneficiamiento se eleva su concentración al 70%, que es lo requerido en el mundo con alto valor agregado.
La empresa culminó los estudios de prefactibilidad el año pasado. Y ha comenzado los de factibilidad, que indican que se va por el buen camino. Mientras se tramitan las habilitaciones correspondientes. El Estudio de Impacto Ambiental (EIA) ya está a estudio de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama). El organismo ya ha hecho recomendaciones y pedido más informes. Este es un trabajo de ida y vuelta, de varios meses, indicó el ingeniero Santiago Sotuyo, responsable técnico del emprendimiento que, junto al ingeniero Ciro Croce, responsable del área de Medio Ambiente, indicaron que hasta que la Dinama no esté plenamente satisfecha y otorgue la habilitación ambiental previa, no se empezará nada. De transcurrir normalmente, las operaciones mineras comenzarían a inicios de 2013. Pero esto requiere la autorización ambiental de operación. Esta autorización se actualiza cada 3 años durante toda la vida del proyecto. Paralelamente se trabaja en los impactos sociales del proyecto, área a cargo de la licenciada Helga Chulepin.
Impactos y mitigación
Como se sabe, el tamaño, volumen y naturaleza del proyecto ha levantado resistencias en varias organizaciones preocupadas por el medio ambiente. En este sentido, los responsables de Aratirí, si bien reconocen que el emprendimiento tendrá sus impactos, fundamentalmente sobre la fisonomía del paisaje al modificar el relieve cuando se extraiga la roca de los cerros que guardan el mineral, y por el polvo derivado de las explosiones, no obstante ello, consideran que su proyecto se inscribe dentro de la "minería responsable". Entendida ésta como aquella que aplica métodos operativos que buscan mitigar los impactos que todo emprendimiento industrial supone.
Sobre este controversial aspecto, los técnicos indicaron que toda actividad humana genera impactos sobre el ambiente, que la cuestión radica en cómo y no en qué actividad se realiza.
A modo de ejemplo citaron el hecho de que en sus estudios del suelo en la zona, se detectaron altos niveles de fósforo, producto de la utilización de fertilizantes y agrotóxicos en las otras actividades agropecuarias.
Agregaron además, que el método de extracción y concentración del hierro, para alcanzar los entándares mundiales requeridos, prescinde totalmente de productos químicos. La roca extraída es molida mecánicamente. Y el mineral es separado de los demás elementos simplemente por magnetismo.
La inversión y sus efectos
Dentro de los argumentos a favor del emprendimiento esgrimidos por sus responsables, destacaron el elevado monto de inversión, unos US$ 2.800 millones, de los que ya se ejecutaron 100. Una vez en funcionamiento supondrá que el PBI del país se incremente 1,5% hasta el 2033. Mencionaron que ya están trabajando 400 personas. Durante la construcción de las instalaciones se emplearán hasta 4.000. Una vez en funcionamiento, insumirá 1.500 puestos de trabajo directos y 15 mil indirectos, con salarios que triplican los que pagan las otras actividades rurales. A su vez proyectan la construcción de unas 1.000 viviendas permanentes. Destacando que el proyecto va en línea con las necesidades del país de diversificar su matriz productiva. La minería, indicaron, puede ser el puntapié para el desarrollo de nuevas cadenas industriales, creando a su vez nuevas capacidades y conocimientos. Tanto a nivel local, como nacional.
Área de influencia
El área físicamente afectada para el emprendimiento es de 6.210 hectáreas, involucrando 148 padrones y 76 propietarios.
Involucra los departamentos de Florida, Durazno, Treinta y Tres, Lavalleja y Rocha. Estos dos últimos directamente vinculados a la construcción del mineroducto que conducirá el hierro hasta la Terminal en la costa de Rocha, en la zona de la Angostura (La Esmeralda). A su vez, en cuanto a la demanda de trabajadores, proveedores e insumos, la influencia seguramente se extienda a todo el país.
Los responsables de Aratirí recordaron que Cerro Chato tiene una población aproximada de 3.500 personas y Valentines de unas 350 y si bien se busca en primer lugar atender las necesidades laborales de la zona, por lo que la demanda de mano de obra y servicios trascenderá largamente las capacidades locales, y será un dinamizador de la actividad a nivel nacional.
El proceso industrial
Se realiza la extracción de la roca, se la procesa (trituración) para extraer el mineral de hierro (la magnetita), se la transporta suspendido en agua a través del mineroducto hasta la Terminal en Rocha. Allí se extrae el mineral hierro del agua que la transporta y se almacena en una especie de silo. Luego, a través de una cinta transportadora, que ingresa sobre pilotes de 6 metros de altura 2,5 km más adentro, es cargada en buques de gran calado, de unos 18 metros. De allí a China y otros grandes mercados.
El mineroducto
El sistema para transportar el mineral de la zona de extracción hasta su embarque se realiza a través de un mineroducto. Un circuito cerrado de cañerías que consta de un caño de 62 cm de diámetro, que traslada el mineral suspendido en agua hasta la Terminal. Una vez separado el mineral, el agua retorna al punto de inicio del proceso, por otro caño de las mismas dimensiones. Ambos se instalarán 1 metro bajo tierra, con una separación entre ello no mayor al metro y medio. En esa franja, que afecta 222 padrones, los propietarios recibirán un pago a cargo de la empresa, por derecho de servidumbre. La actividad agropecuaria podrá seguir normalmente, con la sola prohibición de forestar o construir en la franja de terreno. El mineroducto constará con una fibra óptica que permitiría su monitoreo a lo largo de toda su extensión. El sistema permite un máximo aprovechamiento del agua. En el proceso se pierde un mínimo porcentaje que queda en el mineral, ya que es embarcado con cierta humedad, reduciendo el gasto energético derivado del secado.
Cronograma
Se ha terminado el estudio de prefactibilidad y ha comenzado el de factibilidad. En 2012 comienza el proyecto ejecutivo y la construcción de las infraestructuras básicas.
Las operaciones de extracción y concentración de hierro propiamente dichas y la extracción de hierro en el inicio del 2013.
Publicado por el diario La Republica, Sábado, 28 de mayo, 2011
“No tengo más enemigos, sino los que se oponen a la pública felicidad, y que serán únicamente mis amigos los que contribuyan a fijarla.” José Gervasio Artigas
lunes, 30 de mayo de 2011
miércoles, 11 de mayo de 2011
ADOLESCENTES INFRACTORES
REBAJA DE LA EDAD DE IMPUTABILIDAD
En Uruguay, los menores de edad que cometen delitos son imputables desde los 13 años, y existe un sistema penal juvenil para los adolescentes de 13 a 18 años, acorde a lo que marca la Constitución (art. 43) y los Tratados Internacionales que el país ha ratificado. Uruguay es el país de América Latina donde los adolescentes son imputables a más baja edad. En Chile por ejemplo, es desde los 14 años, y están también bajo la órbita de un sistema penal juvenil.”
La conclusión inequívoca es que entonces los adolescentes que infrinjan la ley y tengan entre 16 y 18 años irán a las cárceles de adultos (COMCAR, Libertad, etc.) a hacer posgrado de delincuencia con los presos adultos.
En el acuerdo multipartidario sobre seguridad, los cuatro partidos políticos firmaron lo que sigue:
3.19.5 Creación de un Instituto de Rehabilitación de los Adolescentes en conflicto con la ley penal como organismo especializado (Punto 3.16.1) en la ejecución de las medidas dispuestas por la justicia, con el más alto grado de autonomía técnica.
El Instituto constará con personal capacitado e infraestructura edilicia acorde, con el fin de garantizar tanto el efectivo cumplimiento de la medida judicial privativa de libertad, como de asegurar un clima de respeto a los derechos humanos compatible con las necesidades efectivas de reinserción social de los adolescentes".
El Senador Bordaberry dice que no, los adolescentes no van a ir a las cárceles adultas, van a crear un Instituto para los de 16 a 18 años.
Me pregunto: ¿y los de 13 a 15 años dónde quedan? ¿Para qué quieren "rebajar la imputabilidad" entonces?
Existe legítima necesidad en nuestra población de vivir de forma más segura; y esa necesidad se identifica muchas veces con tener a buen recaudo a los "menores" (aunque éstos cometen el 8% del total de delitos cometidos en Uruguay según datos del Poder Judicial; aunque hay 9.000 presos adultos y 320 menores de edad presos).
Vamos a vivir más seguros si logramos que los adolescentes que infringen la ley se rehabiliten y no vuelvan a delinquir. Ese es el camino por el que habíamos optado todos los partidos, resolver el problema de fondO.
Diputado Julio Bango. Fragmento del texto publicado en su columna de Montevideo Portal
En Uruguay, los menores de edad que cometen delitos son imputables desde los 13 años, y existe un sistema penal juvenil para los adolescentes de 13 a 18 años, acorde a lo que marca la Constitución (art. 43) y los Tratados Internacionales que el país ha ratificado. Uruguay es el país de América Latina donde los adolescentes son imputables a más baja edad. En Chile por ejemplo, es desde los 14 años, y están también bajo la órbita de un sistema penal juvenil.”
La conclusión inequívoca es que entonces los adolescentes que infrinjan la ley y tengan entre 16 y 18 años irán a las cárceles de adultos (COMCAR, Libertad, etc.) a hacer posgrado de delincuencia con los presos adultos.
En el acuerdo multipartidario sobre seguridad, los cuatro partidos políticos firmaron lo que sigue:
3.19.5 Creación de un Instituto de Rehabilitación de los Adolescentes en conflicto con la ley penal como organismo especializado (Punto 3.16.1) en la ejecución de las medidas dispuestas por la justicia, con el más alto grado de autonomía técnica.
El Instituto constará con personal capacitado e infraestructura edilicia acorde, con el fin de garantizar tanto el efectivo cumplimiento de la medida judicial privativa de libertad, como de asegurar un clima de respeto a los derechos humanos compatible con las necesidades efectivas de reinserción social de los adolescentes".
El Senador Bordaberry dice que no, los adolescentes no van a ir a las cárceles adultas, van a crear un Instituto para los de 16 a 18 años.
Me pregunto: ¿y los de 13 a 15 años dónde quedan? ¿Para qué quieren "rebajar la imputabilidad" entonces?
Existe legítima necesidad en nuestra población de vivir de forma más segura; y esa necesidad se identifica muchas veces con tener a buen recaudo a los "menores" (aunque éstos cometen el 8% del total de delitos cometidos en Uruguay según datos del Poder Judicial; aunque hay 9.000 presos adultos y 320 menores de edad presos).
Vamos a vivir más seguros si logramos que los adolescentes que infringen la ley se rehabiliten y no vuelvan a delinquir. Ese es el camino por el que habíamos optado todos los partidos, resolver el problema de fondO.
Diputado Julio Bango. Fragmento del texto publicado en su columna de Montevideo Portal
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