“No tengo más enemigos, sino los que se oponen a la pública felicidad, y que serán únicamente mis amigos los que contribuyan a fijarla.” José Gervasio Artigas

martes, 25 de octubre de 2011

CRISIS EDUCATIVA?

CINCO FALSEDADES SOBRE LA EDUCACIÓN PÚBLICA
Escribe: Prof. Walter Fernández Val . (Prof. De Matemáticas)
En los últimos tiempos, la educación está en el centro de la opinión pública. Educadores, políticos, economistas, periodistas, y opinólogos de todo calibre aportan sus soluciones a los males de la educación pública. Estas notas intentan deconstruir algunas falsedades que se repiten cotidianamente.
1. El sistema educativo está en crisis.
La palabra crisis, según una de las acepciones de la Real Academia significa: “Mutación importante en el desarrollo de procesos, ya de orden físico, ya históricos o espirituales”. En ese sentido, el sistema educativo forma parte de una transformación social. Sin embargo si se quiere analizar la coyuntura para caracterizarla como deficitaria, es condición sine qua non estudiar el proceso histórico que desembocó en la actualidad. Después de décadas de desatención de la educación pública, a partir de 2005 comienza un cambio de signo positivo en el sistema
educativo. Son muestras de ello: asignación presupuestal creciente, programa maestros comunitarios, plan Ceibal, educación física en todas las escuelas, cursos de tecnólogos en coordinación con Udelar, sistema integrado de formación docente con la creación de un Consejo en tránsito hacia un instituto universitario (IUDE), por primera vez posgrados para docentes de ANEP, educación sexual, enseñanza de la historia reciente, programa de Campamentos Educativos, reconocimiento del fuero sindical, derogación de actas represivas que regulaban el comportamiento estudiantil, duplicación del gasto por alumno de ANEP en 5 años, etc. Estas son algunos de los tantos ejemplos que indican que el sistema educativo público se encuentra a partir de 2005 en un proceso positivo de avances. Que el sistema presenta dificultades no hay dudas, como tampoco debería haberlas que tras décadas de desatención histórica no se puede revertir la situación en el corto plazo.
2. Es responsabilidad de la educación abatir los niveles de pobreza.
La educación de ningún modo abate los niveles de pobreza, por el contrario, el sistema educativo refleja en su interior las desigualdades provenientes de la sociedad en la cual está inserto. En un estudio reciente el Instituto Cuesta Duarte considera que pese al crecimiento
económico, se ha avanzado poco en la redistribución de la riqueza, el 20% más rico se apropia del 47,7% del ingreso nacional mientras que el 20% más pobre se debe conformar con apenas el
5,7% de los ingresos totales. Asimismo, mientras que en el quintil de mayores ingresos, 7 de cada 10 jóvenes finalizaron la educación media superior, en el quintil más pobre apenas el 7,8 % alcanzó esta meta. O sea que la probabilidad de completar la educación media es diez veces
mayor entre los jóvenes que pertenecen al quintil de mayores ingresos, que entre quienes pertenecen al quintil mas pobre. En síntesis, los contextos socioculturales determinan los logros educativos de tal manera que no es posible avanzar en la democratización de la educación si no
hay una democratización en la distribución de la riqueza. No se puede pedir que el sistema educativo revierta las consecuencias más duras del capitalismo.
3. El Ministerio de Educación y Cultura debe ser la entidad que conduzca el proceso nacional educativo.
La evolución del sistema educativo uruguayo tiene una particularidad que lo distingue respecto de otros sistemas educativos del mundo y que lo protege de los turbulentos avatares políticos partidarios. Esa cualidad que proviene de la génesis misma del sistema educativo con José Pedro
Varela, es la autonomía del sistema educativo respecto del Poder Central y que se traduce jurídicamente en el artículo 202 de la Constitución que establece “La Enseñanza Pública Superior, Secundaria, Primaria, Normal, Industrial y Artística, serán regidas por uno o más Consejos Directivos Autónomos. Los demás servicios docentes del Estado, también estarán a cargo de Consejos Directivos Autónomos, cuando la ley lo determine por dos tercios de votos del total de componentes de cada Cámara”.
El Frente Amplio en toda su historia ha ratificado este modo de organización, aunque si la fuerza de izquierda lo desea, puede plantear en su seno y en la opinión pública la necesidad de constituir el sistema educativo no universitario bajo la égida central de un Ministerio de
Educación y terminar con la figura de Ente autónomo. Muchas experiencias de gobiernos de izquierda en el mundo pueden fundamentar esta decisión en el sentido de que una vez que se accede al gobierno hay que mantener centralidad en el mando. El debate trae implícito discutir diferentes vías para construir el poder popular. Por el contrario el Frente Amplio nunca se planteó este debate, no estuvo en el programa de gobierno, ni en el Congreso Educativo, y cuando el tema ha aparecido en los documentos de su Unidad Temática de Educación, se ha encargado de silenciarlo. De eso no se habla. Sin embargo esta confrontación ideológica sobre modos de organizar el sistema educativo subyace soterrada. La última ley de educación así lo demuestra, también las expresiones recientes del vicepresidente de la República. Lo más
saludable sería que se diera ese debate, pero mientras tanto eso no ocurra, la autonomía es uno de los principios que figuran en el programa del Frente Amplio.
4. Las pruebas PISA determinan que el sistema educativo uruguayo está en crisis.
Conocido en español como el Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes, PISA es una prueba que se desarrolla por iniciativa de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). A partir del 2000, PISA se realiza cada tres años para evaluar a estudiantes de entre 15 y 16 años. El contenido de la evaluación abarca competencias en tres áreas: lectura, matemáticas y ciencias. Esto indica que el Programa evalúa solamente habilidades en las áreas mencionadas, y no más que eso. Es importante mencionar que, en PISA no se evalúa el aprendizaje de los conocimientos establecidos en los programas de las escuelas, ni tampoco está diseñado para evaluar el desempeño de los docentes, ni de los programas vigentes. La ligereza con que se maneja la tesis por parte de algunos actores sociales que el sistema educativo uruguayo está en crisis pues las pruebas PISA así lo demuestran es llamativa. Por otra parte PISA es un instrumento de evaluación internacional diseñado con determinados fines. Es una
finalidad en si misma suponer que se pueden comparar rendimientos de estudiantes provenientes de contextos socioculturales muy distintos. Ello supone soslayar que la pobreza generada por los sistemas capitalistas no es el principal factor a considerar en los aprendizajes. Se continúa con el eterno supuesto de que las políticas educativas son un reino de expertos y técnicos internacionales, que deciden en un plano superior y que nos remiten sus producciones para que ejecutemos sin la participación social y el debate público necesarios.
5. Hoy la educación recibe el mayor presupuesto de la historia, sin embargo no se ven resultados.
Es correcto que las asignaciones presupuestales han crecido significativamente. En un organismo como la ANEP que cuenta con alrededor de 60.000 funcionarios (muchos de ellos en Comisión en el Mides, Poder Legislativo y Ministerio de Educación y Cultura), el porcentaje mayor del presupuesto se destina a las retribuciones salariales. Es así que en el año 2010, el 80,5 % del gasto del Ente se destinó a sueldos, el 9,9 % a gastos de funcionamiento y el restante 9,6% se utilizó en Inversiones. El grueso de las asignaciones financieras llegó a la ANEP en 2008, una pauta de ello es que las remuneraciones de sus funcionarios recién alcanzaron en ese año los niveles que tenían en 2002 con el gobierno del Presidente Batlle. Por estos días, el actual
equipo económico del MEF coincide con la apreciación del anterior Ministro de Economía (y de la Misión del Banco Mundial que llegó a Uruguay en este año y que confluye en esa dirección), que aún no se perciben impactos del esfuerzo presupuestal realizado en el período pasado.
Digamos que esperar resultados educativos ligados a la inversión luego de décadas de asfixia económica, en un lapso de 1 a 3 años puede parecer ingenuo. Dado el nivel intelectual de quienes esto expresan es claro que no se trata de ingenuidad, sino que la intención es alentar ciertas reformas estructurales de corte economicista en el sistema educativo. Por otra parte la ANEP en su mensaje presupuestal solicitó (y no le fueron concedidos) fondos para cubrir obligaciones provenientes de pasajes de grado y antigüedad de sus funcionarios (unos 110
millones de pesos para el año 2011), lo que significa que el presupuesto es aún insuficiente.
Mucho antes que asumiera el gobierno el Frente Amplio, el Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la educación para el siglo XXI, presidida por Jacques Delors aconsejó destinar el 6% del PBI a la educación. Sin embargo, hay que tener precaución de atar el presupuesto de la educación al producto bruto interno, pues si éste desciende no sería aconsejable disminuir la asignación de fondos hacia la educación. De todas maneras los dineros volcados hoy al sistema educativo público son aún insuficientes para desarrollar un proyecto educativo progresista.



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